Mis Queridos Hermanos y Hermanas en Cristo,
El año pasado, nuestro fallecido Santo Padre Juan Pablo II hizo un llamado a la Iglesia Universal para que se celebrara el Año de la Eucaristía para motivar un mayor amor por Jesucristo presente en la celebración de la Santa Misa. El Año de la Eucaristía concluyó en Roma con el Sínodo de los Obispos en el pasado mes de octubre. Aquí en la Arquidiócesis de Santa fe celebramos el Año de la Eucaristía y concluimos con una Misa al aire libre con Adoración Eucarística en el parque de los Isotopes durante el Rally del Rosario y devoción a María, bajo su título de Nuestra Señora de la Sagrada Eucaristía. Más de cuatro mil personas participaron en ese evento.
El propósito de que esta carta sea leída en todas las misas de este sábado y domingo es el de enseñar algunas de las verdades centrales del Año de la Eucaristía y las discusiones sobre la Eucaristía llevadas a cabo durante el Sínodo de Obispos en Roma.
Nuestro Señor otorgó a la Iglesia el gran regalo de la Sagrada Eucaristía para alimentarnos espiritualmente y darnos la fuerza que necesitamos para seguirle fielmente. El pan y el vino se convierten en Su Cuerpo y Sangre durante la misa. No son solamente un símbolo de Cristo, sino que en una profunda y santa transformación, los elementos se convierten en el Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor. Este es un misterio central de nuestra fe cuya enseñanza viene de la Santa Biblia y de nuestra tradición Católica de dos mil años. ¡Que gran misterio es este! Debemos responder con fe y reverencia a ese regalo que Jesús nos ofrece. ¿Qué podemos hacer para apreciar más la Eucaristía?
Primero que nada, estar preparados. Tenemos que tener hambre por el Cuerpo de Cristo. Yo les invito a recordar el día en que hicieron su Primera Comunión. Traten de tener el mismo deseo por el Señor que tuvieron cuando recibieron por primera vez a Jesús en la Comunión.
En segundo lugar, al asistir a Misa, entren a la Iglesia con un sentido de reverencia y respeto por el Divino Maestro.
En tercer lugar: participar durante la Misa.
Vivan en paz, justicia y caridad hacia los demás. Vivan una vida moral y decente. ¡Que el Jesús Eucarístico esté siempre con ustedes!
Sinceramente suyo en el Señor Resucitado,
Reverendísimo Arzobispo Michael J. Sheehan
Arzobispo de Santa Fe